14 enero 2017

La amenaza del retorno de los charlatanes


A veces no se que pensar, pero se los juro que sí lo hago (pensar), aunque pareciera que a algunos les hace mucha falta, o de plano ya dejaron esa sana práctica al abandono desde hace mucho tiempo. En un mundo que, se supone, vive plenamente el avance del siglo XXI por momentos pareciera que nos remontamos a la Edad Media, donde las creencias y supersticiones eran el yugo de todos los días.

Estamos regresando a antiguas tendencias que ya deberían de haberse extinguido pero que por comodidad de algunos y flojera de otros, se han mantenido hasta la fecha. Pero ¿qué podemos esperar de un mundo de “ninis” consentidos y “milenials” que todo lo quieren gratis y regalado? Simplemente lo que estamos viendo en las noticias, vándalos saqueando tiendas y negocios de personas que sí trabajan por sostener a su familia y a la sociedad misma.

Esos individuos de mentalidad pequeña que son fácilmente influenciables y manipulables, sobornables por un lonche o un puñado de billetes son los que heredarán al mundo. ¿Ya se dieron cuenta de eso? Esos que no quieren trabajar ni estudiar son los que quieren quedarse con el mundo, ese mundo por el que tus abuelos y tus padres lucharon hace años y que hoy te toca a ti cuidar y proteger.

Personajes casi caricaturescos que se lanzan contra todo lo que no les gusta, aunque no tengan la menor idea de que se trata, que atacan a instituciones u organismos que ni vela tienen en su entierro, pero con tal de sentirse enfocados por las cámaras y los reflectores harán lo que sea necesario, incluso destruir la obra de otros, con tal de llamar la atención de los demás.

Te ofrecen productos milagro, falsas sanaciones en base a la nada, en creencias falsas, con tal de obtener de ti lo que ellos desean, desde tu dinero, hasta tu confianza y tu fe total a ellos, sometiéndote a sus designios personales. Esos charlatanes, gurús que hablan de humildad y pobreza, que en realidad nunca la han practicado o vivido eso que tanto predican, nunca padecieron lo que sus siervos han padecido, pero se aprovechan de su dolor y sufrimiento para venderles falsas panaceas místicas o espirituales que a la larga solo les deja miseria a quienes creyeron en ellos.

¿Estamos viviendo una involución intelectual en la humanidad? Ahora resulta que ser estricto o enseñarles a tener disciplina y carácter a estos jóvenes y adolescentes atenta contra sus “derechos y libertades”; pero no les interesa saber que esos derechos y libertades acarrean consigo obligaciones y deberes que tienen que cumplir. Para subir una montaña hay que escalar, no esperar a que alguien instale un elevador para llegar a la cima.

La sociedad se está dividiendo en pequeños subgrupos, pero esos pequeños subgrupos no son nada por si mismos, e incluso su unión no les ayudaría en nada, pues la unión de muchas ramas débiles solo puede resistir una fuerza mediana, pero si se enfrentan a una gran fuerza igualmente terminaran rompiéndose todas. Solo la unión de ramas fuertes puede resistir hasta grandes fuerzas contrarias. Pero parece que eso no lo comprenden muchos.

Es lamentable ver como ya en las redes sociales y el internet ya comenzaron de nuevo los timadores de las conspiraciones publicando de los chemtrails, de que envenenan al mundo, cuando ya está desmentido eso; o los “antivacunas” que promueven una sarta de falsedades con tal de imprimir una tripanofobia (fobia a las inyecciones) más que irracional e ilógica, como sucedió cuando surgieron en su inicio.

Por otro lado están los de la “Tierra plana” o los de la “Tierra hueca”, ambas falacias basadas en sofismas y falsos mitos, los que dicen que la teoría de la evolución “solo es una teoría no una verdad absoluta”, ideas sostenidas por personas que decidieron echar a la basura toda su educación en ciencias naturales pagada por sus padres.  Así de mal se ven las cosas en este medio que en lugar de servir para compartir y promover la información y el conocimiento, es utilizado para la promoción y divulgación de mentiras y barrabasadas.

Y no podemos olvidar a los promotores de ideas de odio que van desde los neo-nazis, los neo-comunistas, los neo-anarquistas, hasta los fanáticos religiosos y anti-religiosos, las patrañas se dan en ambos bandos. Las cadenas mentales no les dejan razonar con lógica porque no es favorable a sus ideas. ¿Así o más claro su asunto?

De los fanáticos de los extraterrestres, ángeles y seres de luz, mejor ni hablamos hoy y los dejamos para otro día.

Que todos tengan un desmitificante día.

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