14 julio 2016

Ovnis y fantasmas: Lo que no quieren decirte los “investigadores”


En estos días de redes sociales e internet, cada día surgen más temas y más casos de los denominados fenómenos paranormales. Algunos les siguen diciendo “sobrenaturales”, pero esa terminología ya es cosa del siglo pasado, o antepasado, cuando todavía se creía que mucho de esto tenía que ver con el mundo espiritual, lo divino o lo diabólico.

Hoy en día se ha aterrizado, solo un poco estos temas, pero incluso ya es tema de “otros mundos” o “otros planetas”, pues la mezcla y revoltura de temáticas y terminologías, algunas literalmente sacadas de la manga, hacen que muchos incautos, o fácilmente impresionables, sigan cayendo en las redes de los modernos merolicos que siguen vendiendo “a precios módicos” curas y sanaciones mágicas o milagrosas para todo.

De hecho el mayor problema de muchos pareciera ya no ser estrictamente los problemas socio-económicos o de salud, sino que lo que más les afecta son las cuestiones emocionales o existenciales, y recurren a panaceas o analgésicos “espirituales” o “metafísicos” para sopesar sus dolores o evadir los problemas del mundo real que los rodean. Se sumergen en lo “oculto” y lo esotérico si tener la más mínima idea de lo que van a encontrar.

Muchos lo hacen por curiosidad o para llenar ese vacío de atención que hay en sus vidas, para sentirse alguien especial o “alguien” en el mundo, se autonombran con títulos de investigadores, parapsicólogos, ufólogos y otros términos con tal de hacerse pasar por personas importantes o destacar en círculos muy limitados y de confort para ellos. Pero es como los narcotizantes o estupefacientes, les genera una enfermiza adicción a esas mentiras que los “investigadores”, o más bien pseudo-invgestigadores, les surten como buenos distribuidores de mitos.

Y ahí es donde surge ese negocio que promueve la ignorancia y la mentira, al grado de conformar una mafia que promueve toda una campaña viral de desinformación intoxicante, plagada de falsedades pero que mantiene a sus seguidores atentos de lo que ellos publiquen, al grado de convertirlos en sus fanáticos, deshumanizándolos del más básico derecho de cuestionarles o poner en duda sus postulados, aunque estos suenen por si mismos totalmente ilógicos.

Muchos de estos seguidores y fanáticos de los misterios, incluso defienden a capa y espada a esos divulgadores de engaños, como ya lo hemos dicho, intentando censurar a quien intente desenmascarar sus timos. Nunca falta el que sale con el típico argumento de “Usted no tiene derecho a juzgar quien sí es o no es investigador”. Pero la realidad es muy distinta.

En un simple ejercicio de ética, honestidad y objetividad, sí podemos decir y señalar quien sí es y quien no es investigador; quien sí da resultados y resuelve casos sí es un investigador, quien solo se la pasa venerando e idolatrando y publicando falsos mitos, evidentemente y de manera constatable no lo es. ¿Y tú eres honesto y objetivo? Quien tiene moral sabe que mentir es incorrecto, quien tiene ética no miente. ¿Y tú mientes?

Así de simple está la cosa, la gran mayoría de los autonombrados investigadores de fenómenos paranormales, ufólogos, parapsicólogos y demás, tan solo son mercaderes de la ignorancia magnificada y sintetizada de manera “light” para satisfacer los abismos existenciales de sus fanáticos, que se sienten ofendidos si se les menciona esa realidad. Pero es la cruda y neta realidad. Solo son eso, distribuidores de engaños, que ellos compran y promueven gratuitamente para beneficio de sus dealers de “misterios”.

Pero si una persona llega solicitando seriedad y objetividad en estos temas, se creen la “Santa Inquisición”, quieren juzgar y condenar a la hoguera a quien desenmascare esos fraudes y estafas, que de paranormales o extraterrestres no tienen nada. ¿Prefieren seguir en la ignorancia para evadirse de la miseria de su realidad? Esa podría ser la razón.

No lo negamos, sí existen muchos fenómenos extraños, que de momento no tienen una explicación verificable, así es el universo, nos pone misterios, pero esos misterios no son para venerarlos como lo hacían los cavernícolas al fuego o al Sol. Son para resolverse y desentrañar sus explicaciones, sean cual sean se deben de obtener. Lo que hace falta es investigación seria y formal, no grupos de aficionados a la “búsqueda” solo por internet o en casonas abandonadas. Eso no es investigar, es jugar al “misteriologo”, sin llegar a nada.

Lo que no quieren decirte los “investigadores” es que en realidad no son investigadores, ni saben que es investigación. Que si dejas de creer en sus cuentos, se les acaba su espectáculo tan redituable y lucrativo. Si tú permites que te deshumanicen, impidiendo preguntar, exigir explicaciones y poner a prueba sus hipótesis, es muy tu problema. Pero solo una mente abierta, libre y despierta es capaz de poner en duda y cuestionar aquello que tiene evidentes tintes de irracional e ilógico. Tú decides si decides ser simple ganado, o levantar la voz y exigir explicaciones en estos temas a aquellos que digan investigarlos. Es obligación de ellos responder.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buena investigacion.

Anónimo dijo...

Muy bueno