21 julio 2016

Los fantasmas de los extraterrestres


No lo podemos negar, si hay un tema que ha intrigado a cientos de científicos e investigadores en todo el mundo, a lo largo de la historia, es esa gran posibilidad de la existencia de vida fuera de nuestro mundo, vida extraterrestre o alienígena como algunos le llaman. Y no me refiero a encontrar algunas formas de insectos o crustáceos en algún lejano planeta, sino a la posibilidad de que existan formas de vida inteligente, civilizaciones enteras más allá de las estrellas.

Recordemos que hablar de extraterrestres no es nada nuevo en el mundo. En el siglo XVI ya se hablaba de los “selenitas”, los habitantes de la Luna, descritos en varias obras literarias, algunas de ficción. Posteriormente, según avanzaba la imaginación de las personas fueron surgiendo los marcianos, los venusinos y otros tantos gentilicios más, para nombrar a los habitantes de otros planetas.

Pero la ciencia ficción inspiró a muchos investigadores en esta enorme posibilidad. Si aquí en la tierra se dio la formación de vida inteligente y civilizada, ¿por qué no habría de darse en otros planetas? Y de ahí comenzó una gran búsqueda de señales de vida fuera de nuestro planeta, pues a final de cuentas si se trata de extraterrestres, el lugar correcto para buscarlos en el espacio exterior, más allá de la Luna, Marte y otros planetas de nuestro sistema solar.

Gracias a esta hipótesis han surgido varias iniciativas que han lanzado muy importantes proyectos de búsqueda de vida fuera de la Tierra, que van desde la sonda espacial Pioner 10 lanzada al espacio en 1972 en búsqueda de ser interceptada por alguna civilización alienígena, hasta el secuenciador de ADN enviado por la NASA a la Estación Espacial Internacional (ISS) en el transbordador Dragon, de la empresa Space X, lanzado este mes, que podrá ser usado para buscar formas de vida a base de ADN.

Existe otra rama de investigadores y entusiastas que buscan formas de vida extraterrestre, pero en nuestro planeta, algunos se hacen llamar ufólogos. Ellos buscan en fotografías y videos encontrar señales de naves extraterrestres, o platillos voladores como eran denominados inicialmente a mediados del siglo pasado. Otros los buscan en grabados de antiguas civilizaciones, e incluso algunos más arrebatados, los buscan en libros religiosos del pasado.

Sin embargo estos ufólogos no han encontrado ninguna sola evidencia que pueda ser corroborable ni sustentable de la presencia de seres extraterrestres en nuestro mundo, ya sea en el pasado o en el presente. Todo lo contrario, las supuestas evidencias que se han presentado siempre han sido refutadas y descartadas al no poder pasar los más básicos análisis y pruebas para verificar su certeza.

De hecho, varios de ellos ha denigrado este tipo de investigación por sus actividades que son, a todas luces, fraudulentas y que caen en la categoría de charlatanería, e incluso han llegado a cometer estafas con sus timos de supuestos contactos o encuentros con extraterrestres y sus mensajes, lo que les ha generado sustanciosas ganancias en varios países y que incluso han llegado a formar grupos de culto pseudo-místicos.

El problema no está en creer o no en extraterrestres, o en realizar su búsqueda por varias formas, el problema es cuando se comenten engaños en este tema. El publicar o promocionar engaños de la supuesta presencia de vida extraterrestre en nuestro planeta no solo afecta a los autonombrados ufólogos, sino también a los investigadores científicos que sí realizar serias y profundas búsquedas de formas de vida ajenas a la Tierra. Algunos aficionados y novatos en este tema alegan que el gobierno o la NASA oculta la realidad del “fenómeno extraterrestre”, pero la realidad es que los únicos que la ocultan son los que se hacen llamar ufólogos y que solo publican imágenes y videos falsos en internet y las redes sociales, casi exigiendo que se les crea que lo que ellos dicen es la absoluta verdad.

No lo podemos negar, hay muchos investigadores del fenómeno ovni que sí son serios, formales y objetivos, los cuales se manejan con un estricto perfil analista e inquisitivo en el tema, al grado de ser “tachados” de escépticos por los fanáticos del mito de los extraterrestres. La cuestión es que estos sí se dedican a la investigación, a la generación de conocimiento nuevo sobre un tema poco conocido, a desmitificar el fenómeno ovni, no a magnificar su mistificación como lo hacen los pseudo-ufólogos.

Dentro de estos pseudo-investigadores hay quienes se atreven a afirmar, y así lo aseguran, de que en nuestro planeta ya se cuenta con la presencia de varias razas de seres alienígenas, y para ello se basan en supuestos testimonios de “contactados” y “abducidos”, presuntos testigos de esa presencia, con un sin fin de videos y fotografías de pésima calidad de contenido. Y ahí es cuando nos damos cuenta que hay imágenes que no dicen nada.

No hay porque estar en contra de la búsqueda de vida extraterrestre, todo lo contrario, hay que apoyarla, la humanidad ya está más que preparada para tener un contacto con otra civilización de otro mundo, ya no estamos en la edad media donde se pintaba a los seres de otro mundo como “superiores”, aunque varias corrientes neo-oscurantistas así los sigan queriendo representar. Pero de sus avanzados o superiores extraterrestres no hay nada, ninguna sola evidencia, solo cuentos para impresionar a los ingenuos e incautos.

Lamentablemente de los extraterrestres solos tenemos sus fantasmas, alegorías ficticias e imaginarias de seres que no se sabe realmente como son, ni como es su conducta, aunque algunos los piensan similares a nosotros, no hay nada que señale que así pudiera ser. Sería una excelente noticia que una nave o una señal de otro planeta llegara a nuestro mundo indicando, sin lugar a dudas, que no estanos solos en este inmenso cosmos. Pero la cruda realidad señala que no hay tal, de momento.

El pintar a los extraterrestres como salvadores o creadores de la humanidad, no es nada esperanzador y mucho menos si sus únicas “evidencias” son viles fraudes de individuos sin ética. La soledad cósmica ha nublado la mente de algunos crédulos y fanáticos de mitos, pero no por creer mucho en una mentira esta se hará realidad. El geocentrismo de los fanáticos, como si la Tierra fuera tan importante para los extraterrestres dista mucho de tener algún posible sustento.

La realidad es que solo queda seguir buscando, con firmeza y con mucha honestidad, alejados en engaños y falsas esperanzas, pues quien sigue a una bella mentira siempre termina cayendo en un profundo abismo de incertidumbre del cual ni el ovni más grande lo podrá sacar.  

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