16 marzo 2016

Poniendo en duda la calidad humana de los dueños de la verdad


¿Qué calidad humana puede tener una persona que defiende, a capa y espada, un fraude? ¿Qué calidad moral puede tener un individuo que promueve estafas en internet y otros medios de comunicación?

Alguien alegará que ellos hacen uso de su derecho a la libertad de expresión, pero han de saber que esa misma libertad tiene su límite, así es, está en donde comienza la dignidad y los derechos de los demás.

La libertad de decir lo que quieras no  debe ser usada para proferir falsedades y timos, debe de ser usada para ilustrar y enaltecer lo bueno, lo sano, lo justo y lo correcto.

Si los perros, y ahora también los borregos, te ladran para defender sus falacias argumentando viles sofismas, vale la pena oír sus ladridos, pues es señal de que vas por el camino del bien. Déjalos que ladren, y solo si es necesario, lanza una pedrada certera para silenciarlos, pero no pierdas tiempo lanzándoles piedras a todos, hay cosas más importantes que hacer.

En el camino de la vida hay de todo, pero no todo es posible ni todo puede ser cierto, a los ojos cualquiera los puede engañar, pero a los ojos de la mente, la razón y la lógica, no cualquiera los podrá embaucar. El aire no se puede ver, pero hasta se puede estudiar su composición y densidad.

Señala los fraudes y charlatanes, nómbralos por lo que son, que aunque ellos digan tener a la “verdad” de su lado, pues se creen dueños de la verdad y creen que lo que digan es innegable,  pero nada es más tajante, ni más contundente, como la cruda y bella realidad, palpable y tangible como ella sola.

No te detengas, no lo dudes, no tengas miedo, pero actúa ya.

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