27 mayo 2014

Unas dosis de agnosticismo para el espíritu


Ahora vamos a hablar del agnosticismo, el cual es definido como una “doctrina filosófica que niega al entendimiento humano la capacidad de llegar a comprender lo absoluto y lo sobrenatural”. Podríamos decir que en la actualidad, el agnosticismo es, más bien, una ideología que considera inaccesible el conocimiento de lo divino, metafísico, místico o sobrenatural, pues no es posible someterlo a una observación o experimentación de forma empírica y palpable. En pocas palabras, se puede decir que se basa en el saber de las cosas, no en el creer en ellas, pues el saber (el conocimiento) es el que se puede constatar y verificar de manera certera y empírica, mientras que el creer se basa en la especulación sin certeza, en tener “fe” en cosas que no se conocen.

La frase que más caracteriza al agnosticismo es la de “Yo solo sé que no sé nada” del filósofo Sócrates, la cual denota una muy humilde postura. El agnóstico no niega la existencia de un dios, ni la afirma, pero cuestiona ambas posturas, pues ambas son afirmaciones sobre un tema que no es posible someterlo a pruebas verificables.

Sobre ese tema, podemos decir que dios es eso que los creyentes no han podido demostrar que sí exista, y los ateos no han logrado demostrar que no exista. Así es, siendo objetivos ambos casos están igual de estancados en el asunto. En las dos posturas algunos de sus argumentos son parciales y tendenciosos, sin dejar de mencionar que en varios casos hasta peyorativos e insultantes hacia sus contrarios. Sería mucho más interesante que emprendieran una investigación en contra de sus propias creencias, pues así podrían constatar que tan en lo cierto, o en el error, están sus afirmaciones. Pero para eso me parece que les faltaría un poco más de humildad, pues ambos lados son férreos defensores de sus ideas.

El agnóstico cuestiona el tener fe en cosas basándose en simples creencias, mitos o suposiciones, y prefiere el tener el conocimiento certero de las cosas y su funcionamiento. En otras palabras, en el agnosticismo no se busca el creer o no creer en algo preternatural, pues eso es un acto de fe, que nada tiene que ver con el conocimiento concreto del universo; el agnóstico busca el saber el qué, cómo y porque de las cosas; no se limita con creencias e ideas preconcebidas o en dogmas basados en la fe o mitología.

No está en contra de otras doctrinas religiosas o filosóficas, las respeta y admira de ellas lo bello que puedan tener cada una de ellas, lo que no tolera es los choques dogmáticos que ocurren entre distintos credos al enfrentarse entre ellos, pues con ello no se llega a nada y es una perdida de tiempo, a lo cual podríamos agregar el cuestionamiento “Si ti dios es tan poderoso como dices ¿por qué necesita que tú defiendas su palabra?”, lo que pone en evidencia la falta de “divinidad” en ciertas disputas que surgen en algunos lugares.

De hecho los agnósticos invitan a analizar que hay de bueno y funcional en cada una de las distintas doctrinas que hay en el mundo, haciendo a un lado todo tipo de fanatismo o fundamentalismo radical que solo trae conflictos muy dañinos para toda la humanidad. Por ello el agnóstico está a favor del laicismo imparcial y neutral, para buscar tener una paz y armonía entre todos.

El agnóstico está en contra de las practicas supersticiosas basadas en supuestos “dogmas religiosos” (muchos de ellos manipulados por intereses netamente humanos) que oprimen a las personas, obligándolas a cometer actos que van en contra de su salud e integridad.

Pero de hecho, también está en contra de las conductas antireligiosas que promueven ideas de odio y ataques en contra varios cultos, simplemente por el hecho de que no se esta de acuerdo con ellos. El agnóstico es el que argumenta, basándose en la evidencia histórica de que “No hay religiones malas o buenas, son las personas las que son buenas o malas”. Pues todas las doctrinas han sido perseguidas en su momento, y también en su momento fueron persecutoras. Desde los judíos, y hasta los ateos, han sido víctimas y victimarios en esa irracional batalla de que ideología es la mejor a seguir.

El que afirma es el que tiene el cargo de mostrar la evidencia, los creyentes aseguran que hay un dios, los ateos niegan esa posibilidad, pero ninguno lo demuestra de manera sustentable. Se los dejaremos de tarea, pero que ya dejen de pelearse y dejen vivir en paz a los demás.

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25 mayo 2014

Una cápsula de escepticismo para la mente


Muchos creen que el escepticismo es solo no creer en las cosas, o no creer en nada, e incluso cuando alguien no cree en algo, en cualquier materia, se le califica de “escéptico”, pero eso no es exactamente el escepticismo. El auténtico escepticismo es el buscar el poder confiar en algo pero basándose en evidencias probadas con certeza, y no en simples especulaciones al aire.

El no creer en nada no es ser escéptico, eso solo es ser de mente cerrada, un simple negacionista que busca refutar todo lo que no le parece, por el simple hecho de que no lo comprende. Aunque mentes cerradas los hay en todas las ideologías, de ahí surgen los fanáticos y adoradores de mitos, pero inmerecidamente se les achaca mucho a los escépticos.

Antes que otra cosa, hay que definir que es el escepticismo, para así saber de que estamos hablando. Según el diccionario, el escepticismo “es la doctrina que afirma que la verdad no existe, o que, si existe, el hombre es incapaz de conocerla”. Es otras palabras, es la ideología que hace cuestionar y poner en duda la eficacia o veracidad de las cosas, para así ponerlas a prueba y poder constatar, o refutar, lo que se expuso sobre ellas inicialmente.

Hoy en día, el escepticismo practicante (no el de escritorio que solo no cree en nada por pura necedad) es una postura ideológica en la que se pone en duda a las afirmaciones que van en contra de la lógica, lo racional y en contra del método científico, como lo son las pseudo-ciencias, esoterismo, supersticiones y tantas terapias alternativas. Aunque también esta forma de pensar se puede aplicar a otros campos como lo son la política, e incluso a las finanzas.

El escéptico es el que cuestiona la veracidad de las afirmaciones que carecen de pruebas que puedan ser corroboradas de manera empírica, y se opone a las aseveraciones e hipótesis que van en contra del razonamiento lógico. Y sobre todo, debe de ser un aficionado de la ciencia y la tecnología, el arte y de la cultura, pues solo ello nos permite tener un amplio campo de conocimiento para así poder pensar y analizar las cosas de una mejor manera, de forma razonable y lógica, y así formular un punto de vista mucho más funcional y práctico, que si se hiciera basándose en especulaciones sin ninguna base consistente.

El escepticismo promueve el pensamiento inquisitivo, el indagar profundamente el porqué y cómo de las cosas, esa facultad que nos separa de los animales salvajes e irracionales; pues solo sabiendo concretamente el funcionamiento de los fenómenos que ocurren en nuestro mundo, podremos ser mejores personas, no solo para nuestra comunidad, sino para toda la humanidad. El escéptico está en contra de todo tipo de charlatanería y timos que utilizan la ignorancia e ingenuidad de las personas, pues su moral le dicta que lo verdadero (real) es lo correcto y lo falso es lo incorrecto, por lo que en consecuencia se debe de combatir la mentira.

Hay mucho escéptico de escritorio, o de sofá, que nunca en su vida se ha lanzado a indagar algo que tenga tintes de paranormal o preternatural, y creen que con criticarlo o atacarlo ya defendieron su postura “escéptica”, pero eso no es escepticismo. El escepticismo real es el que lanza a la pesquisa de respuestas en el campo de acción de los eventos que parecen no tener razón, no es aquel que solo hace búsquedas por internet. Un servidor se ha lanzado a esa búsqueda y he sido testigo presencial de cosas que, solo en apariencia, no tienen una explicación normal; pero siendo objetivos, cualquier fenómeno que se presente en nuestro universo tiene una explicación racional y lógica, pues todo que ocurre en nuestro mundo (en el campo de la naturaleza) obedece a la leyes de la biología, química, física o matemáticas, y por lo tanto tiene que tener una explicación, aunque nosotros de momento no la conozcamos. Si nuestros ojos o una cámara puede captarlo, es un fenómeno físico, y por lo tanto puede ser explicado. Así de simple. Ya que si se tratara de alguna alucinación, obedece a otro tipo de fenómenos psicológicos o psiquiátricos, pero también puede ser explicado.

Piénsalo muy bien, razónalo, no lo creas de por si, y ahí encontrarás lo que es sí cierto.

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21 mayo 2014

Un engaño denominado exopolítica


Por lo que se ve, los apasionados a las pseudo-ciencias, ante la inminente crisis que esta viviendo la ufología mundial por la ausencia de casos reales, pues prácticamente todos se han logrado resolver, han desarrollado un nuevo mito falso para llamar la atención de los fanáticos de los extraterrestres y demás personas con problemas existenciales.

Ese nuevo producto mercadotécnico lo han denominado exopolítica, un nombre bastante llamativo para algunos, pero bastante vacío en su contenido. Pero ¿qué es la “exopolítica”? Según sus promotores es “La ciencia de las relaciones entre las civilizaciones inteligentes en el multiverso”; mientras que otros dicen que es “El campo de investigación y activismo político relacionado a las implicaciones de la presencia extraterrestre en el planeta Tierra”.

Aquí es donde comenzamos a ver la discrepancia que hay entre exopolítica y la realidad. Por un lado podríamos mencionar que muchos de sus promotores son tan solo individuos “venidos a menos” en sus distintos oficios y profesiones, y que para tratar de llamar la atención en una novedad han caído en el tema de los ovnis y extraterrestres para lograrlo. Hay entre ellos desde “científicos” (de muy cuestionable credibilidad) hasta improvisados pseudo-investigadores que aseguran que “La presencia extraterrestre en la Tierra es una innegable realidad”, pero siguen sin poderlo demostrar.

Han sido escritos un varios libros con ese tema, que pasaría si los extraterrestres llegaran y se comunicarán con los humanos públicamente, erróneamente estos tipos piensan que la humanidad sigue viviendo en los años 1950´s y que si vieran un alienígena saldrían despavoridos. Pero seamos realistas, ellos nunca han podido demostrar, en ningún momento la presencia de una entidad extraterrestre en nuestro planeta o que se haya tenico comunicación con ellos, todo lo contrario, han elaborado numerosos fraudes con tal de llamar la atención de gente ingenua e ignorante que pueda creer en ellos.

Hoy en día sabemos que es perfectamente posible la existencia de vida inteligente extraterrestre, y no por tener contacto con ellos el mundo el mundo va a sufrir un quebranto en su sistema económico o un desfallecimiento en sus creencias religiosas, eso es ser demasiado exagerado, eso solo pasaría si siguiéramos en la Edad Media, en donde todo lo extraordinario se creía que era mágico, divino o demoniaco. Hoy podemos saber que si existen seres en otros planetas, tan solo se trata de una civilización biológica similar a la nuestra, que podría ser superior en algunos temas tecnológicos, pero no necesariamente mejor que nosotros en cuestiones como valores y virtudes.

La exopolítica solo es una nueva rama del neo-oscurantismo que ha brotado de personas que siguen tratando de alimentar esa ufolatría que cada día pierde más seguidores, pues como sabemos, ya hasta en un laboratorio escolar se puede reproducir y analizar el “fenómeno ovni”, algo que tanto negaban los ufólogos de décadas anteriores. Es muy lamentable ver como en algunas "universidades" les han abierto las puertas a sus expositores que solo buscan promocionar esa farsa, en lugar de promover adecuadamente el saber científico y cultural, pero si hay "universidades" que dan clases de "terapias alternativas", ¿qué podemos esperar de la formación de sus egresados si les enseñan a creer en supersticiones modernas?

Según estimaciones de científicos de verdad, pósiblemente para el año 2025 podríamos tener ese encuentro tan ansiado por toda la comunidad científica, y que por lo mismo, de confirmarse el hecho, no ocultarían al público en general. Quienes hemos colaborado con auténticos divulgadores científicos, sabemos que sería un gran evento, pero no se paralizaría el mundo por ello, ya no adoramos al Sol y la Luna, incluso hoy sabemos de que está hecho el fuego y la luz.  Los gobiernos ya no "lo ocultan" el tema de los ovnis, pues saben que no es un tema que ponga en riesgo la seguridad de los países, y menos pues está plagado de charlatanería.

Cuando lleguen los extraterrestres serán los gobiernos del mundo, incluso la ONU, quien se hará cargo de dar la bienvenida e iniciar relaciones parlamentarias con ellos, ningún ufólogo y mucho menos un exopolítico será invitado. Pues para un evento de tal magnitud, se necesitará de personas serias y objetivas, que no se dejen llevan por simples creencias en mitos generados por la ciencia ficción.

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10 mayo 2014

Madre no es la que los tiene


Hagamos un profundo examen de conciencia, seamos honestos con nosotros mismos, y con los demás. El título de “madre” muchos y muchas creen que se gana por el solo hecho de procrear hijos, pero siendo realmente honestos, eso, hoy en día, no es suficiente requisito para que una mujer sea digna de ser llamada madre.

Una madre no es la que los tiene, pero el dar a luz hijos, eso es solo una mera función biológica resultado de una acción que pudo ser bajo consentimiento o sin ello, con gran placer o con gran horror para algunas, pero eso no es más que el 10% de lo que realmente es ser una madre. Sí aunque algunas ya se anden rasgando las ropas y profiriendo improperios, la cruda realidad es así, y aquí se lo explico, para que, si tienen la suficiente decencia y valor moral, se den cuenta de lo que realmente es ser una madre.

Y para las que dicen “es que no hay escuela para ser madre o padre”, infórmense bien, sí las hay (al menos en México), en los distintos institutos estatales de Desarrollo Integral de la Familia (DIF) imparten talleres para madres y padres “novatos”.

Una madre real es aquella que los cuida y educa lo mejor que pueda, pero no se limita a creer que les da una “buena educación” llevando a sus “hijos” a un “buen colegio”, una madre real hace lo que sea necesario para constatar que así sea, que esos niños que tiene bajo su tutela reciben la educación adecuada para lograr llegar a ser buenas y funcionales personas para la sociedad, e incluso ella misma se prepara y capacita para brindarles un buen ejemplo en casa, pues como es su obligación saber, en la escuela solo se les enseña información relativa a la ciencias sociales y naturales, pero es en la casa, en el hogar, en donde ellas tienen la obligación de educar moralmente a sus niños, es su obligación enseñarles lo que es la ética, la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto.

Una madre no es aquella que no se preocupa por la parte ideológica de sus hijos, pues es su deber como madre inculcarles con el ejemplo las virtudes y valores que deben de regir en su vida diaria, charlando con ellos para verificar su desarrollo mental día con día para así evitar, y corregir inmediatamente de ser necesario, malas conductas que a la larga le pueden acarrear un gran pesar a su familia e incluso a la comunidad en donde viven.

Una madre es la que los cuida con todo su cariño siendo estricta y amable cuando es necesario, que sabe que más vale darle unas buenas nalgadas, y bien dadas, de pequeños, antes que de tenga que ser un policía o un soldado quien tenga que castigarlos más tajantemente cuando ellos sean grandes. Pero un buen correctivo, como unas buenas nalgadas, no es un castigo, pues llevan una enseñanza moral tras ellas, no es un simple capricho de una “madre” inculta e ignorante que ante la mala travesura de sus pequeños arremete contra ellos por simple coraje, limitando su acción a ser un simple berrinche tan bajo como el de cualquier niño malcriado y chiflado.

Una buena madre es aquella que sabe que no debe de hablar con malas palabras, maldiciones o insultos frente a ellos, o peor aún, hablarles a sus hijos de esa manera, pues una mala palabra o un insulto puede hacer mucho más daño que un simple golpe físico. Sepan muy bien que muchos de esos delincuentes juveniles que andan por las calles fueron hijos que nunca fueron corregidos correctamente, que son el resultado de malos padres y malas madres que nunca les pusieron un alto cuando fue su obligación hacerlo.

Aunque hay que aclarar, no en todos los casos siempre se da esto, pues hay muy buenas madres que tienen muy malos hijos, que incluso dejan de ser dignos de ser llamado “hijos de ellas”, que en otras palabras, “no valen madre” como personas o seres humanos. Así como hay algunos buenos hijos, que llegan a tener pésimas “madres”. Son esos gajes del libre albedrío.

Si vas a tener hijos, piensa que debe de ser para criarlos y enseñarles a ser personas productivas para la sociedad, que no sean solo las acciones de una momento de “pasión y desenfreno”, si vas a tener hijos es porque los vas a cuidar y formarlos en los deberes y obligaciones de los seres humanos civilizados, que no sean un desperdicio de material genético tirado a la cañería, si vas a tener hijos que sea bajo la consciencia de que ellos serán tu legado para el mundo, ellos hablarán por ti, y de ti, cuando tú ya no estés en este mundo.

Si tienes hijos, y no vas a cuidarlos correctamente, porque “te vale madre” (no te importa) su desarrollo, no porque no tengas los recursos socio-económicos para meterlos a una buena escuela, pues hay madres de “escasos recursos” que nos han heredado excelentes personas para la sociedad, si no vas a cuidarlos como es debido, entonces dónalos a personas que sí les interesa dejar un buen legado a la humanidad, hay instituciones formales y oficiales que pueden ayudarte en eso, y no hagas cargar a la humanidad con individuos que no pudiste educar bien por el simple hecho de que no te importó hacerlo.

Y no faltará la “feminista” que diga “tú que sabes de eso si no eres madre”, pero yo les contesto, que se bastante del tema, pues conozco a muy buenas madres que sí cumplen con su sagrado deber de formar bien a sus hijos, y entre ellas está mi madre. , a la que hoy y siempre le agradeceré cada momento, cada consejo, cada regaño, cada nalgada  y cada cariño que me dio, pues gracias a ella, quien me supo poner freno cuando fue debido, y me impulsó cuando fue necesario, gracias a ella he logrado muchos de mis triunfos y éxitos de mi vida, pues me enseñó lo que era la decencia, el honor y la dignidad, como lo deben de hacer todas las madres, no solo como conceptos teóricos, sino con ejemplos prácticos.

Pero sobre todo, aprendí por mi mismo, a estar agradecido con ella, pues todo lo que hizo, lo hizo por mi bien, pensando (no creyendo o suponiendo) que era lo adecuado para mi, mi familia y la sociedad.

Ser madre, en toda la extensión de la palabra. Son ese mar de amor que es tan basto, que conforma con unas cuantas gotas de cariño de sus hijos, pues a una auténtica buena madre, nunca se le podrá pagar, con nada, el habernos formado de la mejor manera, para ser gente de bien, pues el hecho de haber dado a luz, eso cualquier mujer lo puede hacer, y no por ello merece el digno título de ser madre.

Muchas gracias por todo, por todo, mamá.
He dicho.

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06 mayo 2014

El peligro de la "exociencia" (2a parte)


Continuamos con el tema de la mal llamada “exociencia”, en donde algunos de sus promotores han optado en abordar temas tan dispares como mezclar medicina con astrología o con la lectura del aura, o hablar de física cuántica y juntarlo con ángeles y “realidad extraterrestre” o filosofías “holísticas”.

Los divulgadores de esta disciplina hablan de muchos aparentes fenómenos, como el aura y las malas o buenas vibraciones, e incluso algunos de ellos presuntos fenómenos de corte preternatural, pero ninguno es dimensionable de manera sustentable, lo que le resta su credivilidad, y si a ello le agregamos que muchos han sido desenmascarados como simples fraudes, eso le quita toda veracidad al asunto.

Ahora veamos las “criticas” que ellos hacen a la auténtica ciencia en comparación de su exociencia. Por ejemplo, ellos dicen ser “el nuevo modelo de ciencia moderna” en el cual aseguran que “plantean la ciencia sin negar a Dios”. Para empezar, no se basan en el método científico, y al no hacerlo pierden todo carácter de ciencia, pues le quita toda sustentabilidad eliminando la capacidad de corroborar sus datos.

Por otro lado, la ciencia real no niega la existencia de dios, ni lo afirma, pues no es un objeto de estudio científico. De hecho hay algunos estudios teóricos sobre ese tema, pero les hace falta mucha más sustentabilidad sobre el tema.

Los “exocientíficos” aseguran que “El universo fue diseñado con carácter previo al Big Bang. Hubo un creador. El caos no existe como modelo permanente. El ser humano ha evolucionado, pero hubo intervención inteligente en un momento dado”; de lo cual no tienen ninguna evidencia o prueba corroborable, de hecho todas las evidencias indican que el universo, y el ser humano, evolucionaron de manera natural en todo momento, y no hay pruebas de haber sido manipulados en algún momento, pues una manipulación externa puede ser detectada al alterar el orden sistemático del desarrollo de un cuerpo u organismo.

Según ellos para “El modelo de ciencia oficial (ortodoxa) Dios no existe, así que todo modelo científico que se base en Dios es falso”; hecho que es mentira, pues como ya dijimos, la ciencia no niega la existencia de dios, pues es un objeto de fe y no es un objeto de estudio científico palpable, no es un elemento que altere o interfiera algún fenómeno o estudio científico. Y de hecho, es la teología quien estudia el tema de dios, aunque no es un estudio del todo científico, más bien ideológico o religioso.

En otras palabras, creer o no creer en esa entidad divina no afecta el resultado de una investigación o un fenómeno físico, químico o biológico, pues lo que lo que rige el universo entero son las leyes de la naturaleza, y ellas son completamente imparciales y neutrales.

Los promotores de la exociencia, aseguran que la “ciencia oficial” (como ellos la llaman) dice que “La naturaleza se ha generado a sí misma por una sucesión de procesos casuales. Todo es fruto de la evolución. Nada justifica la intervención inteligente. El Universo es un caos”; pues eso es lo que, hasta el día de hoy, muestran las pruebas verificables, negarlo sería mentir e ir contra la razón. El Universo no es del todo un “caos” como ellos dicen, solo es un gran sistema de procesos cosmológicos que continúan en proceso de desarrollo continuo, aunque no se comprendan todos por completo, pero mantienen un orden que le permite seguir funcionando, por lo que no hay tal “caos”.

Como ya lo hemos dicho, aunque se grite mil veces una mentira, seguirá siendo una mentira, y la exociencia eso es, una vil mentira, solo es un nuevo timo del neo-oscurantismo que varios desean imponer sobre las mentes más ingenuas.

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