21 febrero 2014

Mitos imposibles de creer


Ya estamos a febrero del 2014, y en pleno siglo XXI hay personas que siguen promoviendo las corrientes e ideas neo-oscurantistas que tratan de encadenar a la humanidad a vivir esclavizada en un mundo de supersticiones y mitos irreales, pero ahora con varios tintes de ciencia ficción.

Es lamentable que en un mundo en el que podemos hacer llamadas telefónicas vía satélite, mandar mensajes de texto con video incluido y enviar sondas espaciales a Plutón, existen personas que siguen dándole promoción a creencias como el tarot, la astrología y hasta pedir guía emocional a supuestos clarividentes.

¿Cómo un experto manipulador de cartas, un astrólogo o un "vidente", puede asesorar a una persona para guiarlo en su vida? Si sabemos que el arte de la prestidigitación, la manipulación y la tergiversación es una de las clásicas cualidades de estos "consejeros", quienes interpretan a su gusto y conveniencia todo lo que le van a decir a quien los consulta, para poder seguirle sacando provecho a esos pobres incautos.

Y si a eso le agregamos que les cobren por sus "servicios"; así es, es delito según el Código Penal Federal el cual dice en el Capítulo 3, Artículo 387, Sección XV, que indica que se puede castigar por el delito de fraude “Al que explote las preocupaciones, la superstición o la ignorancia del pueblo, por medio de supuesta evocación de espíritus, adivinaciones o curaciones”.

Quien diga tener poderes o habilidades especiales, o dones paranormales, y quiere cobrar "cooperaciones" por ello, que lo demuestre de forma científica ante la autoridad, así de simple.

Por otro lado, siguen los llamados terroristas de la desinformación queriendo hacer entrar en pánico a las personas difundiendo falsedades en contra de las vacunas, contra los chips de GPS, y cuanta novedad tecnológica que ellos sigan sin comprender, y que con mayor razón ellos atacarán.

¿Recuerdan lo que pasó con el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) del cual los mistificadores tecnofóbicos atacaron tanto diciendo que iba a abrir un agujero negro que causaría la destrucción de la Tierra? Y como todos sabemos, no pasó nada malo, todo lo contrario, se constató la existencia del bosón de Higgs, la llamada "partícula de Dios". 

De momento, ahí lo dejo, pero de tarea les dejo creer menos en mitos y estudiar más buenos libros de ciencia.   

https://twitter.com/belduque

1 comentario:

Centrofovar dijo...

Estimado amigo, ante todo buenas tardes.

En primer lugar aclararle que comparto cierto escepticismo y sobre todo cuando eso implica la presencia de pequeños estafadores, tramposos o chantas, como les llamamos en Argentina. Los hay a montones y coincido en que la gente entra “como caballo” en la trampa. Aclaro también que no me dedico a la astrología ni ocultismo ni nada.

Pero veo en sus escritos un afán de desacreditación que, sinceramente, en mi vida diaria trato de evitar, un poco por una cuestión de cortesía, otro poco por el rechazo instintivo que tengo hacia toda “verdad” que se precie esculpida en piedra. Como si la ciencia fuese la única depositaria de la verdad. En ese sentido, es curioso cómo la academia, en pleno siglo XXI, como tanto dice ud., no ha encontrado, o no quiso, o no le convino encontrar respuestas para dilemas fundamentales de la sociedad, como la administración de recursos para la supervivencia; sí las tuvo de manera veloz cuando se le encomendó la matanza de millones de personas durante el atroz siglo XX, más oscuro por las locuras políticas y bélicas que por la presencia residual de pseudociencias.

En cuanto al tema puntual de la astrología, déjeme decirle que si las personas que piensan como usted adoptaran un punto de vista más antropológico (a no ser que considere a la antropología como una pseudociencia… que los hay…) quizás descubra que hay prácticas llamémosle “populares” cuya ritualidad comporta un sentido para el practicante y para el ejecutor. Muchas veces esos sentidos contribuyen a dotar de sentido precisamente a algunas experiencias de esta vida difícil, de ofrecer una “visión” de las cosas que la incertidumbre que nos rodea no deja salir. Para hacerla corta: creo que el tema no es verdad/no verdad; es tiene sentido o no tiene sentido. La irracionalidad hay que ir a buscarla a otro lado, a la calle por ejemplo, a cualquier hora.

Creo que la humanidad está esclavizada por otras cosas que no vienen al caso, pero seguramente que no por la superchería. De hecho CREO que la ciencia económica y de las finanzas con conceptos tales como “confianza de los mercados”, no es menos esotérica. Por otra parte, yo me indignaría más por los recursos que se dilapidan en obras públicas que nunca se ejecutan, que por los gastos seguramente más inferiores del conjunto de personas comunes, del llano o no, que consultan el tarot.

Estamos en pleno siglo XXI, como dice ud., pero la gente se sigue suicidando de infelicidad, consume psicofármacos como nunca, sufre la soledad y la alienación como nunca antes, sigue muriendo en guerras y matándose entre hermanos. ¿De qué sirve todo entonces? Ni la ciencia ni la tecnología son neutrales, estimado, y si así lo cree… pues nuestros criterios nunca van a confluir. ¿O el MIT se financia solo, con las cuotas de los alumnos?

Para algunos el amor es una cuestión química. Para otros es un motor simplemente inexplicable. Yo pienso que es ambas. La ciencia se enriquecería mucho atendiendo saberes milenarios, creencias populares, saberes cotidianos. El amante de la ciencia se enriquecería también haciéndose preguntas, no negando todo, ni tratando de responder todo. La vida práctica de la gente no transcurre en laboratorios.

Un abrazo, desde Buenos Aires