07 septiembre 2007

Los Ovnis y la FACH 3: Observadores Estelares.


(Autor: Aristofanes Alemparte.)



Introducción.
El año 1978 las hermanas repúblicas de Chile y Argentina enfrentaron una crisis que nos mantuvo "ad portas" de un enfrentamiento bélico. Por cuestiones de soberanía sobre ciertas islas y otros roquerios menores del cono sur, comenzó un movimiento de fuerzas militares y aeronavales que solo "esperaban ordenes".
En este teatro de operaciones ocurrió un extraño y revelador suceso, que pudo haber sido mucho mas enigmático si no hubiésemos contado con modernas aeronaves y valientes aviadores. Este caso fue denominado:
Observadores Estelares.
Nuestra brigada aerea estacionada en la base El Tepual, en la ciudad sureña de Puerto Montt, estaba en alerta máxima y con las aeronaves en pie de guerra. Recientemente había obtenido mis galones de teniente, y mi nombre de batalla era "Reno". Con otro teniente de mayor antigüedad (Percy) éramos los pilotos de un Cessna A-37 avión de ataque. En ese clima de guerra no declarada la pasábamos en ejercicios y maniobras. Es increíble como en esas circunstancia puedes salir del sueño mas profundo con solo oír tu nombre. Estabamos a mediados de Octubre .
Fue el 17 en la madrugada cuando a las 3:26 AM. Sonó la alarma, advirtiendo la aterradora aclaración que no era simulacro.
Un jet estacionado en condiciones de guerra arranca sus turbinas con la ayuda de un "arrancador neumático"; que es un equipo compresor rodante , que insufla aire a las aspas a 500 libras de presión haciéndolas girar a altas revoluciones, cuando aun están frías. Ya amarrados en el avión con los motores en baja, toda la escuadrilla estabamos atentos del próximo movimiento. En este clima las comunicaciones entre el personal y la base es importante en extremo, por cuanto la incertidumbre es otro enemigo potencial. La situación era que tanto las estaciones de radar, como los barcos de la armada habían detectado tres objetos sobre la cordillera de Los Andes. Se desplazaban a una altura de 10,000 mts. y a una velocidad constante de 1000 Kms/h.
En estas circunstancias el comando aéreo envió dos interceptores Hawker Hunter, comandados por los pilotos "Zorro" y "Pluto" ambos tenientes, los mejores de su comando, fueron guiados desde tierra. Ya aproximados, nuestros muchachos comenzaron a percibir a los intrusos. Abajo seguíamos ansiosos el desarrollo de esta situación. Después de un lapso en que ambos pilotos intercambiaron impresiones, reportaron solamente la presencia de un gigantesco avión "A.W.A.C.S de la U.S AIR FORCE" (Fuerza Aérea Norteamericana). Esta aeronave es una verdadera estación de comunicaciones intercontinentales voladora. Trabaja en interacción con satélites militares, y sobrevuelan todo el planeta mientras las ciudades duermen. Las otras dos aeronaves se habían alejado hacia las alturas a increíble velocidad cuanto se acercaron nuestros Hunters.
Mientras los Norteamericanos mantenían herméticas comunicaciones con el "Strategic Air Comand" de su país, nuestros pilotos fueron ordenados escoltarlos hasta ciertas coordenadas e investigar la presencia de "los otros" que el radar los captaba arriba... muy arriba. Fue casi a los 15 minutos cuando nuestros pilotos vieron un movimiento de potentes luces de algo que a todas vistas ocurría fuera de nuestra atmósfera. ¡Parecen linternas buscando en la obscuridad! exclamo "Pluto". ¡Están fuera de cualquier alcance! agregó " Zorro". Mas tarde retornarían a la base casi como héroes galácticos.
Afortunadamente no hubo guerra , por lo menos entre nuestras naciones hermanas. Desclasificando a la fecha este incidente, se aclara que el A.W.A.C.S venia seguido por esos Ovnis, y nuestro comando aéreo en alerta , habría recibido instrucciones precisas del Strategic Air Comand de los EE UU, de auxiliarlos. Quizás en esa candente situación hasta habríamos entrado en combate, si aquel encuentro se hubiese constituido en la hora de la verdad.
Muchos años después, totalmente alejado de aviones y armas me encontré en el centro de la capital con "El padre Cortez". Nuestro capellán de la base aquellos tiempos. Recordando aquel lejano episodio al calor de un café sentenciaba: ¡Al final de los tiempos habrán señales en el cielo!

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